Los líderes empresariales del siglo XXI deben ser también líderes sociales, es decir, que no solamente trabajan con las comunidades vecinas a las industrias, sino que se involucran en la solución de problemas, comparten planificación, sueños y esperanzas y son parte de la comunidad viva porque la conocen a profundidad y, juntos, pueden mejorar los niveles de vida.